Internet y yo: ¿amistad peligrosa o enemiga íntima?

Nadie puede discutir que el desembarco de Internet, el chat, y más precisamente, la posibilidad de poseer tu computadora, y disfrutar de ella en la comodidad de tu hogar, alquilar en Dvd la última película de Stephen king que fue estrenada hace un par de meses atrás, mientras te relajas en tu sillón preferido del living junto a tu familia, pareja o en la temporal soledad, no haya sido en beneficio de nuestra persona.

De hecho, sin contar a aquellos seres olvidados en un rincón del planeta, que desterrados de toda ubicación posible en el globo terráqueo, no pueden acceder a la tecnología, y en más, no lo desean porque desconocen de su existencia, es decir, han quedado con sus mentes colgados en un tiempo irreal, y sus cuerpos sólo responde a necesidades básicas que no pueden satisfacer ya que los representantes del mundo, se mantienen envueltos en su burbuja de placeres banales, despilfarros de dinero y tomando cursos intensivos de cómo y en el menor tiempo posible engrosar su cuenta bancaria, ubicada en alguna isla paradisíaca.

Y aprovecho para hacer un mea culpa, ya que así somos, hablamos mucho y hacemos poco, y destacar a las personas que se desviven para pensar y hacer por el prójimo, mientras los demás, si quererlo ni buscarlo, todos creamos y vivimos en una burbuja de la que no queremos salir porque si vemos la realidad, no nos gusta nada.

En el ring, oponente de las nuevas tecnologías, resisten aún de pie, las viejas bibliotecas y enciclopedias a las cuales recurríamos en tiempos pasados, hambrientos algunos, otros no tanto, del saber.

Los medios gráficos han conseguido mantener su reinado vigente, gracias a que la gran mayoría de ellas, han adoptado el uso de Internet como medio directo e instantáneo para que los usuarios se mantengan informados a través de los blogs de noticias, e incluso algunos diarios poseen su propia página web, deciden vender sus espacios de publicidad a distintas empresas y propagan noticias de índole solidario, educativo, etc.

Claro que como dije anteriormente, para acceder a una conexión de banda ancha permanente, a un cable digital o a la Internet inalámbrica, debemos contar con ingresos fijos y hasta elevados, como para afrontar estos gastos.

Dormimos, comemos, trabajamos, corremos, hablamos y leemos a través de la tecnología, la queramos más o menos, entre nosotros y ella, vale la convivencia.

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