Internet y su mal uso
Todos los seres humanos que habitamos en esta tierra, sentimos la necesidad de comunicar algo.
Esto nos lleva a jugar un recíproco papel dentro del funcionamiento del acto de comunicación: podemos ser el emisor, la persona que se encarga de enviar un mensaje, y el receptor, la que se encuentra en la posición de recibir , comprenderlo , para por fin, responder este mensaje al emisor.
Antes de la llegada de Internet, y de conocer sus múltiples ventajas, hubiéramos pensado que comunicarse desde la red con cualquier persona que se encontrara en una remota isla del atlántico, comunicándose desde su computadora al mismo tiempo con uno, habríamos echado a reír o simplemente, pensado que quien nos comentaba , estaba entrando en el círculo vicioso de la locura.
Pero no fue así, Internet te brinda miles de posibilidades que hoy en día, estamos disfrutando, aunque no todo es color de rosa.
Con esto me refiero a la problemática de la proliferación de las redes de pedófilos, que actúan por medio del chat, acercándose y creando un vínculo de confianza con la víctima, que por lo general, el rango de edad ronda de los 10 a 19-20 años.
Cabe aclarar que si bien esto ha tenido lugar en cada punto del planeta, con los años se ha ido incrementando a pasos agigantados, gracias al acceso directo y práctico que hacen de las computadoras y la acción corriente del “chateo”.
Estas redes de pedófilos, se vinculan con las víctimas, entablando conversaciones íntimas, hasta llegar a conseguir que la misma se encuentre “cara a cara” con su victimario, abusa de él, en reiteradas ocasiones si es que no lo comunica a sus familiares o la policía porque son amenazados de muerte de su persona, de algún pariente cercano, o por vergüenza.
A la vez que sucede esto, el abusador- da las órdenes, dirige el negocio y abusa, utiliza una cámara fotográfica y filmadora para retratar las acciones sexuales cometidas durante el abuso y luego, son bajadas a la Internet, para alimentar las fantasías de portadores de esta enfermedad como es la pedofilia.
Los que han sido víctimas se unen con el tiempo a esta red, que por suerte, son los menos dentro de la totalidad.
Como todo enfermo no puede aceptar que lo es, y seguirá cometiendo este delito hasta que lo encuentre la policía, o lo internen en un instituto que atiende estas patologías.
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