Web 3.0 el futuro de Internet

Mucho se ha hablado a estas alturas de la Web 2.0, del contenido generado por los usuarios, del auge de los blogs y hasta campañas políticas orquestadas alrededor de la utilización de herramientas 2.0, como la de Barack Obama en Estados Unidos. Asistimos a una época, no obstante, en la que las cosas cambian rápido, y apenas uno consigue entender un concepto determinado que ya a otro se le ha ocurrido una forma de superarlo, y además nos enteramos casi inmediatamente de qué es lo nuevo. Así, no existe tiempo de acostumbramiento a los cambios.

Con Internet, claro, la base de los cambios y de la rapidez informativa, esto sucede a pasos agigantados. Muchos no han terminado de encontrarse con redes sociales como Facebook o Twitter, aplicaciones 2.0 por excelencia, y ya se encuentran con una tercera fase de la evolución de la web: la web semántica o 3.0.

¿Información o comunicación?

Para muchos no existe diferencia entre una cosa y la otra. Sin embargo, la hay, y es especialmente importante. La información no implica la comunicación. Dicho de otro modo, para que exista una buena comunicación, es condición que la información sea proporcionada en forma adecuada, inteligible y de la forma más directa posible. La información en si misma es una acumulación de datos: para que los datos comuniquen, deben formar un todo cohesivo.

La semántica refiere al estudio del significado: si la sintaxis es la forma, la semántica vendría a ser el contenido, que tiene una consecuencia pragmática en el lenguaje. Esto es, una oración bien escrita, sintácticamente correcta, tendrá un significado que causará algún efecto. En el proceso comunicativo, la semántica es clave.

Una Internet con sentido

La acumulación de datos e informaciones en la web es impresionante. Se trata de un océano de palabras y cifras que, en algunos casos, sobreabundan y se vuelven distorsivos. La sobreinformación es igual de peligrosa que la falta de información.

La sobrecarga de datos e información es difícil de sobrellevar para el ser humano, pero no para el software. Por ello la idea subyacente de la web 3.0 es que el software se debe encargar de ciertas cosas para las que los individuos, por falta de tiempo o de capacidad, no podemos hacer. Así, distintos programas, lenguajes y códigos de programación se encargarían de catalogar por significados los distintos contenidos de las páginas web e informaciones que circulan en ellas, generando bases de datos que se cruzarán para obtener resultados de búsqueda acorde a lo que realmente estamos buscando.

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