Predicciones 2.0
Hay algo que fanatiza a blogueros, economistas y expertos en finanzas por igual: hacer predicciones. Estos iluminados son los profetas de estos tiempos, aquellos que vislumbran lo que va a suceder -ya sea porque han tenido un sueño, han hablado personalmente con Bill Gates o simplemente dicen lo que les viene en gana- y lo difunden por todos los medios posibles, con tal de que, si de casualidad aciertan, puedan decir mañana: “¿Vieron? Yo les avisé”.
Faltaron visionarios -o se callaron estratégicamente- cuando explotó la burbuja de las punto com apenas entrado el nuevo milenio, y también faltaron -¿o sería a propósito?- cuando se precipitó la debacle de las hipotecas en EEUU, y explotó lo que se llamó “la burbuja financiera”. Es que, claro, todos se acuerdan de recordar, valga la redundancia, cuando se comprueban aciertos. Pero si la realidad los desmiente ellos, cabeza gacha por un tiempo, perfil bajo por unos meses, se abstienen de nuevas predicciones hasta que ya no lo soportan y vuelven a la carga.
De géneros y conveniencias
La predicción es un género complejo. Es, en rigor, una opinión sobre lo que un sujeto o un grupo de sujetos suponen que pasará en un futuro cercano o lejano. Pero no pasa tanto como opinión, en la mayoría de los casos, sino como aseveración certera basada en la autoridad. En nuestras sociedades, la autoridad la detenta, más que nunca antes, el dueño del conocimiento, quien tiene la información más creíble, a base de un título universitario, una compañía -o blog- exitosos, o un “emprendimiento 2.0″ del que se habla mucho. Cada vez menos la autoridad está fundada en predicciones anteriores exitosas. Por eso, cualquiera puede predecir, siempre y cuando detente alguna de las cualidades de autoridad mencionadas.
Opinadores profesionales
Pero las predicciones no son más que opiniones.
Recalco esto porque las predicciones se hacen pasar por hechos que sucederán inevitablemente. El profeta fascina con sus predicciones porque, en general, quien pueda afirmar con absoluta seguridad que algo pasará, siempre llamará al asombro. Esto hace que la predicción sea un buen recurso retórico, pero no para un político, sino para un opinateur, alguien que no corra el riesgo de perder prestigio por una mala adivinación.
Por ello sea, tal vez, que varios popes de la web 2.0 española -tomando un modelo estadounidense, claro- como Genís Roca, Marc Cortés, Javier Martin y Javier Godoy entre otros, hayan sido convocados por el propio Marc Cortés para hacer profecías sobre los social media para 2009. He aquí el resultado.
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