La seguridad es cosa de todos

Uno de los aspectos cruciales de la seguridad en Internet es el manejo y gestión de contraseñas y nombres de usuarios. El surgimiento de una enorme cantidad de sitios en los que debemos generar estos requerimientos para poder registrarnos y utilizar los servicios ha sido fenomenal en los últimos años. Es esta por el momento la forma que existe para poder verificar nuestra identidad y protegernos online, por lo que establecer buenas contraseñas es casi una obligatoriedad para el internauta.

Sin embargo, cada día se comprueban nuevos ataques informáticos a internautas que parecen indefensos y que ceden el acceso a gran cantidad de servicios a los que están registrados por un error fundamental: los usuarios establecen siempre el mismo nombre de usuario y contraseña para estos servicios web. Esto representa una grave amenaza para los internautas, dado que un atacante puede hacerse con la entrada a todos los sistemas en los que el usuario esté registrado con una misma contraseña y hacer desastres con sus cuentas.

La mala costumbre

Si usáis una misma contraseña, entonces no sois los únicos: una reciente encuesta de Gartner estima que alrededor dos tercios de los consumidores adultos de Internet de los Estados Unidos utilizan una contraseña recurrente para el ingreso a servicios. Según los usuarios, esta metodología es más práctica y cómoda, y si bien se tiene conocimiento de que puede significar un riesgo de seguridad, prefieren hacerlo de esta manera.

Es cierto que esta forma es práctica y cómoda pero, ¿a qué precio? No se trata de estar paranoicos frente a la posibilidad de ataques: lo cierto es que una buena política de seguridad -tanto en empresas como en la gestión personal- de nuestras contraseñas es la forma más eficaz de mantenernos a salvo de los llamados “piratas informáticos”.

Una falla humana

Los expertos en seguridad detallan que el problema es humano. Es decir, no se trata de brechas de seguridad provocadas por fallas de programación, sino simplemente que la utilización que hacemos del software no es la apropiada, en términos generales claro está.

Teniendo en cuenta las aplicaciones y servicios disponibles para una buena gestión de contraseñas y nombres de usuarios, los números sorprenden. Ya hemos visto en este espacio programas como Keepass, de extrema facilidad de uso; o el servicio de OpenID, que nos permite gestionar todos los servicios con una sola contraseña, pero con la garantía de seguridad que ofrece OpenID.

Esto supone un problema, y requiere una solución. Las medidas nunca son demasiadas cuando se trata de nuestra propia seguridad.

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