Los cuestionamientos del uso del P2P
Existe una gran cantidad de usuarios hoy en día que más allá de navegar por Internet se encuentra muy interesado en lo que respecta a las conocidas redes P2P, las cuales últimamente han registrado una revuelta particular en el mundo, sobre todo en España, donde se ha visto involucrado incluso el Ministerio de Cultura en un debate por la legalidad de esta práctica que en estricto rigor significa el compartimiento de información que podría ser susceptible de los llamados derechos de autor, entre otros derechos como los de publicidad, distribución, etcétera. En el fondo, la pregunta importante sería ¿es legal la práctica del P2P?
De acuerdo a las informaciones recibidas por otros sitios web en donde se debate actualmente la legalidad de la práctica cotidiana del llamado sistema P2P o Peer to Peer, deberíamos pensar que en principio sí lo es, aunque intentando no convertirnos en ciegos fanáticos, hay que admitir que hay bastantes dudas razonables en relación al tema del envío de información vía Internet, pues en la gran mayoría de los casos se presta para un abuso por gran cantidad de usuarios. Según los términos en los cuales lo expresa el Ministerio de Cultura de España, se les dice a los usuarios abiertamente en medios publicitarios lo siguiente “los ilegales intentan engañarte… ¡no te dejes manipular!, para que nadie decline.
Así, el ministro César Antonio Molina pretende crear una especie de conciencia pública a través de la cual se comience a difundir la idea relativa a que el intercambio de archivos mediante el uso de sistemas del tipo P2P es abiertamente ilegal, aparte de ser inseguro para todos los que se encuentran implicados, perjudica tanto a los artistas como a los creadores de aquellos archivos que precisamente son intercambiados.
Entre algunos de los programas que podemos considerar son netamente del tipo P2P, está el reconocido Emule, Ares, Bittorrent y muchos otros derivados de éstos que tienen por única finalidad el intercambiar archivos entre los usuarios mediante la utilización de un sistema de créditos, en la mayoría de los casos y en otros simplemente estableciendo el uso de servidores que permitan la descarga de archivos que están enlazados por medio de una dirección determinada. Con todo, estamos seguros que el debate es sumamente complejo y que al igual que en la legislación relativa al uso del Internet, ésto resulta difícil de zanjar en una sola conversación, por lo que habrá que analizar detenidamente la legalidad o ilegalidad de la práctica en cuestión.
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